lunes, 2 de mayo de 2016

Que no se apague la radio

Y el día lunes comenzó… como día lunes. Suena pésimo escribirlo y, a la vez, replicar esa creencia, pero es la verdad. Amanecí con esa sensación extraña que indica que la jornada no será la más prometedora. No por pesimismo, sino por presentimientos.

Efectivamente, no fue el mejor día. No entraré en demasiados detalles, pero sí hay algo en lo que voy a detenerme. Como acostumbro a hacer casi todas las mañanas, me conecté con las redes sociales y encendí la radio. Ahí me enteré del asunto: el cierre de la Radio Alterna estaba anunciado. (#Corta, como posteó uno de los muchachos)

Con o sin anestesia, es sabido que para cada historia hay distintos finales, según lo que se vaya escribiendo (Otras, no tienen final) Lo sé, lo sabemos. Yo lo aprendí con los años que llevo narrando.
No sé qué tipo de escrito es este. Solo entiendo de sobra que no es un texto “estrictamente literario, con una estética de…” y todas las pavadas que suelen decir esos imbéciles que se juran críticos literarios. Simplemente, son palabras que reconocen un ciclo importante, una historia marcada por años de rock y ese sello especial que se quedó entre nosotros.

Recuerdo que desde niña crecí en un entorno rodeado de música y acompañada de lo que es la radio. Es más, un día surgió una idea que duró varios meses: yo tuve mi propio espacio radial. Me acuerdo de que grababa mi “programa” en cassettes (En este momento, mi carnet vuela por los aires), ponía canciones y les hablaba a mis “auditores” (que en ese entonces solo eran mis viejos) Les hablaba a esos receptores imaginarios, así como hoy les escribo a mis “lectores” (Bueno, siempre es bonito saber que alguien llega hasta estas letras)

Con los años, he escuchado a mucha gente de radio (como les llaman a estos especiales y queridos personajes) Incluso, uno de mis escritores amados, el gran Pedro Lemebel, tenía un programa llamado “Cancionero”, en el que leía sus crónicas y colocaba una variedad de música inolvidable. Más de una vez, llegué a preguntarme: “¿Cómo resultaría un programa así en una comuna como la nuestra, en la que todavía la literatura cojea?” La respuesta me llevó al desaliento, así que la dejé ahí. Eso es tema aparte.

Como sea, finalmente, (no recuerdo exactamente cuándo) llegué a la emisora que me regaló lo que no tuve en otras: la identificación, el sello, el rock y el espacio que hoy empieza a alejarse, como ya fue dicho.

No sé si estas son las mejores palabras, pero son las que siento ahora. Personalmente, la gratitud y un sabor agridulce (más agrio que dulce) se mezclan aquí. “Sentimientos encontrados”, les llaman. Yo les dejo a ustedes que le den el nombre que quieran.

Muchísimas gracias al bonito equipo de Radio Alterna. Gracias por la música, por lo que lograron en Melipilla (y mucho más allá también) y por acompañarme durante tantas jornadas, especialmente, en las noches y, durante el último tiempo, en las mañanas. Pude conocer casi todos los programas y me quedo con un buen recuerdo, al igual que tantos auditores más.
Quedo agradecida también por las veces que me ayudaron a difundir algún evento literario y hasta este blog. Tengo buena memoria, así que lo considero.

Gracias, y esto merece una mención especial, al programa que me dio el cetro, nombrándome como su “auditora N° 1” (¡Awwwww!), el cual también abandono, pero que queda en mi recuerdo. Me refiero a mi queridísimo programa “La Previa”. Gracias por subirme el ánimo en los tiempos en que aún estaba dando vueltas con un (des)amor que, finalmente, (y afortunadamente) hoy ya no es más que historia escrita y sepultada (Para quienes no saben, mi dramón de "amors“, incluso llegó a ser conocido por la gente que escuchaba el programa. ¡Hasta otros auditores(as) llegaron a enviarme mensajes de ánimo! ¡Jajaja! Sí, llegué a estar en una fase re decadente, pero se fue) Gracias por las risas, por los viajes musicales al pasado, por hacer que mis escritos de viernes por la noche se quedaran paralizados, a pesar de los intentos) Gracias por darle vida a más de un personaje de mi tercera novela. (No sé si debí adelantar esto, pero es lo que puedo decir por el momento)

Gracias, gente bonita de Radio Alterna. Y aunque el presente, tal vez, no lo diga… ¿quién sabe? Ojalá nos reencontremos en un próximo capítulo.

(Para finalizar, querid@ lector(a), y como corresponde a la ocasión, dé Play al tema rockero que más le guste.)





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